¿Qué puedo hacer si mi vecino me roba la electricidad?
El robo de electricidad es la práctica delictiva de robar energía eléctrica. La práctica del robo de electricidad es casi tan antigua como la distribución de electricidad. El robo de electricidad se lleva a cabo por diversos medios, desde métodos tan rudimentarios como engancharse directamente a una línea eléctrica hasta la manipulación de contadores eléctricos informatizados. El robo de electricidad es más común en los países en desarrollo, donde las redes eléctricas suministran una energía inadecuada y poco fiable[1]. El coste mundial del robo de electricidad se estimó en 96.000 millones de dólares al año[2]. Algunas penas por este delito incluyen multas y encarcelamiento. Las pérdidas de electricidad causadas por el robo se clasifican como pérdidas no técnicas.
El 27 de marzo de 1886 se informó de un espionaje eléctrico[verificación fallida] realizado por personas sin escrúpulos que intervenían la electricidad de Edison en Nueva York. El superintendente de la central eléctrica envió una sobretensión a la línea para quemar o destruir objetos extraños que invadieran la línea[3].
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Métodos de robo de electricidad
Los robos de electricidad, además de mermar las finanzas de los departamentos de energía y afectar a la calidad del suministro, también son responsables de aumentar la carga tarifaria del consumidor medio. La instalación de contadores inteligentes es la mejor manera de frenar esta práctica delictiva y el Gobierno está haciendo bien en digitalizar la infraestructura eléctrica existente en el país.
El robo de electricidad puede cometerse de varias maneras, siendo la más común la manipulación de los contadores eléctricos. Se hace rompiendo el precinto del contador, invirtiendo o deteniendo el movimiento del disco mecánico, o alterando la lectura real. También se puede alterar la lectura conectando el contador directamente al fusible e impidiendo que registre el consumo de energía.
Cada año, las compañías eléctricas sufren enormes pérdidas debido a los robos de electricidad, bastante frecuentes en el país. Estas pérdidas no sólo afectan a la calidad del suministro eléctrico o aumentan la carga de la central generadora, sino que también repercuten en la tarifa impuesta a los verdaderos consumidores. Es una ardua tarea para las compañías eléctricas detectar los casos de robo de electricidad y castigar a los responsables de estos actos delictivos.
Cómo denunciar un robo de electricidad
El robo de electricidad conlleva riesgos mortales. Muchos ladrones pagan con su vida la electricidad que roban. El robo de electricidad no sólo es peligroso para los que roban. Si usted está en la misma línea eléctrica que alguien que roba electricidad, también podría pagar el coste de su robo. La línea eléctrica podría sobrecargarse de energía eléctrica, lo que podría dañar sus aparatos electrónicos y electrodomésticos diseñados para recibir una cierta cantidad constante de electricidad. El robo de electricidad hace que el servicio eléctrico sea menos fiable y de menor calidad para los clientes que pagan.
¿Estoy pagando la electricidad de mi vecino?
A principios de este mes tuve la oportunidad de asistir a la 80ª Conferencia Internacional de Usuarios de Doble Engineering en Boston, en la que 1300 ejecutivos de empresas de servicios públicos de 35 países se reunieron para intercambiar experiencias, asistir a talleres y ver los últimos equipos de pruebas de Doble (una filial de ESCO Technologies). Esta fue una buena oportunidad para hablar con varios ejecutivos de servicios públicos y averiguar lo que tenían en mente.
Uno de los ponentes principales fue Patrick Hogan, Vicepresidente de Ingeniería y Diseño de Transmisión y Distribución de B.C. Hydro. Su trabajo, en pocas palabras, consiste en asegurarse de que la electricidad llega de las centrales de generación a los hogares, tiendas y fábricas que la utilizan.
En un momento de su presentación, Hogan aludió al valor de los contadores inteligentes para evitar robos. Había leído que el robo de electricidad en un país como la India puede suponer una pérdida de hasta un tercio de la energía generada, pero supuse que no sería superior a un par de puntos porcentuales en cualquier jurisdicción de servicios públicos de Norteamérica.