Náuseas por calor
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El cerebro suele mantener la temperatura corporal dentro de uno o dos grados de 98,6°F (37°C). Este control de la temperatura es importante porque muchos procesos de su cuerpo sólo funcionan bien dentro de un cierto rango de temperaturas.
El organismo dispone de varias formas de reducir la temperatura corporal cuando ésta es demasiado alta. Puede enfriarse sudando. Cuando el sudor se evapora, disminuye la temperatura. El cuerpo también puede bajar la temperatura enviando más sangre a la piel y a los brazos, las piernas y la cabeza. Esto permite que salga más calor. Si su cuerpo no puede deshacerse del calor extra, su temperatura corporal aumentará. En caso de agotamiento por calor, la temperatura corporal puede aumentar de 38,3 °C (101 °F) a 40 °C (104 °F). Esto puede hacerle sentir débil y mareado. Es posible que el corazón no pueda bombear suficiente sangre. Esto puede provocar un colapso.
Intolerancia al calor
Las personas sufren enfermedades relacionadas con el calor cuando se sobrecarga el sistema de control de la temperatura corporal. Normalmente, el cuerpo se enfría sudando. Pero en algunas condiciones, la sudoración no es suficiente. En estos casos, la temperatura corporal aumenta rápidamente. Una temperatura corporal muy alta puede dañar el cerebro u otros órganos vitales. Hay varios factores que afectan a la capacidad del cuerpo para enfriarse cuando hace mucho calor. Cuando la humedad es alta, el sudor no se evapora tan rápidamente, lo que impide que el cuerpo libere calor con rapidez. Otras afecciones que pueden limitar la capacidad de regular la temperatura son la vejez, la juventud (de 0 a 4 años), la obesidad, la fiebre, la deshidratación, las cardiopatías, las enfermedades mentales, la mala circulación, las quemaduras solares y el consumo de medicamentos con receta y alcohol.
Las personas con mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el calor son los lactantes y los niños de hasta cuatro años, las personas mayores de 65 años, las personas con sobrepeso y las personas enfermas o que toman determinados medicamentos.
El golpe de calor es la enfermedad más grave relacionada con el calor. Se produce cuando el cuerpo es incapaz de controlar su temperatura: la temperatura corporal aumenta rápidamente, falla el mecanismo de sudoración y el cuerpo es incapaz de enfriarse. La temperatura corporal puede elevarse a 106 °F o más en un plazo de 10 a 15 minutos. El golpe de calor puede causar la muerte o una discapacidad permanente si no se proporciona tratamiento de urgencia.
Síntomas de hipertermia
Antes de empezar, es esencial definir el calor corporal para ser conscientes de esta particular condición de salud. Se conoce más comúnmente como “estrés térmico”. Una causa común del calor corporal es la exposición a temperaturas elevadas que no son adecuadas para el organismo. La temperatura normal del cuerpo oscila entre 36,5 y 37,5 grados centígrados. La incapacidad del cuerpo para enfriarse y volver al rango normal se refiere al calor corporal. Es crucial identificar los síntomas que indican este estado de malestar del cuerpo. Entre ellos, insomnio, una especie de sensación de quemazón en los ojos, malestar estomacal, úlceras, problemas digestivos como acidez y gases. En algunas personas, puede afectar al ritmo cardíaco, provocando latidos rápidos, entre otros muchos síntomas.
Son innumerables las causas del calor corporal. Al residir en lugares con temperaturas extremas, la exposición a una ola de calor no es infrecuente. Cuando las personas no toman las precauciones necesarias para evitar sufrir deshidratación, puede producirse una afección mortal conocida como golpe de calor. En esta afección, las personas son incapaces de controlar su temperatura corporal y la fiebre sube sin control. Si no se diagnostica a tiempo, puede ser mortal.
Cómo enfriar el cuerpo
Temperatura corporalUn reto clave al que nos enfrentamos como seres humanos es mantener nuestra temperatura corporal interna en el intervalo de 98,6°F (más o menos unos pocos grados). Nuestro cuerpo funciona mejor dentro de un margen de temperatura bastante estrecho, y las desviaciones de la temperatura interna -ya sean causadas por tensiones como el ejercicio o la exposición a condiciones ambientales de calor o frío- pueden tener graves consecuencias. Nos enfrentamos a estos retos estimulando un conjunto coordinado de respuestas destinadas a mantener la temperatura corporal dentro de su rango óptimo. Por desgracia, algunos de los mecanismos de los que dependemos para regular la temperatura interna pierden eficacia con la edad. Siga leyendo para conocer las mejores prácticas para gestionar estos retos estacionales de la temperatura ambiente.1 | Condiciones calurosasCuando nos exponemos a condiciones calurosas, la sudoración es uno de los principales métodos que utiliza el cuerpo para controlar su temperatura. El sudor, al evaporarse, ayuda a enfriar la piel. Los vasos sanguíneos que alimentan la piel también se dilatan, lo que permite que la sangre caliente fluya hacia la superficie de la piel. Esto ayuda a eliminar el calor del núcleo del cuerpo. Sin embargo, estas respuestas son menos eficaces a medida que envejecemos. Nuestras glándulas sudoríparas producen menos sudor y el flujo sanguíneo a la piel se reduce. Como resultado, nuestra capacidad para disipar el calor se ve comprometida.